FITO AUAD
Mi primer contacto con la práctica de yoga fue en el año 2001, a través de un video de hatha yoga que una amiga me compartió. Al instante quedé fascinado con las asanas y la gracia con la que la profesora entraba y salía de ellas. Practiqué durante casi tres años esa secuencia de una hora que tanto me fascinó, hasta que en 2004 me decidí a formalizar mi aprendizaje y comencé mis estudios de yoga en una escuela que “fortuitamente” resultó ser de Ashtanga. Así comencé a practicar Ashtanga Yoga, de la mano de Marco Casali y Carolina Ramirez, quienes fueran mis profesorxs hasta el año 2007.
Fue en ese año cuando decidí mudarme a Barcelona y con ello encontrar a Elena Figarola. A partir de ahí continué mi formación: me convertí en alumno y luego asistente de su escuela, para después de unos años pasar a ser el profesor encargado del programa mysore de las tardes.
Tengo una visión holística de la práctica; la considero como un método de auto conocimiento que utiliza como herramientas la respiración y el movimiento consciente así como un instrumento de sanación transversal.
Pat Prada
Siempre fui muy escéptica, a mi primera clase de yoga fui muy tarde y obligada por una amiga. Gimnasia rítmica, atletismo, entrenamiento aéreo… mi cuerpo necesitaba moverse pero no encontraba la manera; hasta que entré en la shala de Elena Figarola. En menos de 6 meses de práctica vi mi vida empezar a cambiar.
Al comprometerme con la práctica empecé a viajar a Mysore (India), a estudiar directamente bajo la guía del que considero mi maestro Sharath Jois (KPJAYI), en Febrero de 2019 Sharathji me dio su bendición para enseñar el método tradicional del Ashtanga Yoga según las enseñanzas de Sri. K. Pattabhi Jois. Además estoy inscrita en ROPEC.
Sigo profundizando en mi práctica, estudio textos antiguos, filosofía del yoga y mantengo mi práctica diaria de meditación. Entiendo el Ashtanga Yoga como un método completo para el crecimiento espiritual, que nos ayuda a vernos reflejadxs en nuestro propio espejo día tras día. Es un constante aprendizaje de nosotrxs mismxs que nada tiene que ver con la perfección en la ejecución de las posturas. Es un proceso de purificación tanto físico como mental que nos ayuda a vivir mejor con nosotrxs mismxs y con los demás.
Fito
AYE
